Infantil.
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ETAPA DE INFANTIL
La participación del niño será más activa en su primera infancia. En esta etapa podemos poner en práctica dos técnicas infalibles:
1. Técnica del globo: pedimos al niño que imagine que es un globo. Ha de inspirar muy profundo hasta que llene completamente los pulmones y no entre una gota de aire más. A continuación ha de exhalar el aire muy despacio. Ha de repetir este ejercicio varias veces. Una técnica ideal para niños con TDAH.
2. Hormiga: el niño tiene que hacerse muy muy pequeño y mover piernas y brazos como si fuera una hormiga. Cuando lo esté haciendo, le pedimos que relaje los músculos y poco a poco se vaya convirtiendo en otro animal.
Debemos ayudarles durante las diferentes técnicas e ir diciéndoles lo que tienen que hacer. Estos ejercicios están basados en garantizar una buena respiración que pueda tranquilizar al niño y relajar sus músculos.
3. La técnica de relajación de Koeppen: está pensada especialmente para niños realizando ejercicios de tensión y relajación de los diferentes grupos musculares. Esta técnica practicada de forma continuada puede ayudar a reducir la ansiedad, mejorar los problemas del sueño, mejorar la memoria y la concentración, aumentar la confianza en los niños, disminuir la tensión muscular y en definitiva alcanzar un estado de bienestar general. Su desarrollo consiste en lo siguiente:
Vamos a coger otro limón, pero lo vamos a exprimir con más fuerza que antes, muy muy fuerte, eso es. Mira qué tensos tienes la mano y el brazo.
Ya está exprimido, ahora déjalo caer. ¿Ves, fíjate qué bien estás cuando estás relajado?, qué bien están tu mano y tu brazo, ¿verdad que te sientes mejor?
Vamos a coger otro limón más, pero ahora tenemos que exprimirlo con mucha más fuerza que antes, esta vez no tiene que quedar ni una gota de zumo. Aprieta fuerte, más fuerte, que no quede nada… Ahora, vuelve a soltar el limón. Vuelve a notar tu mano y tu brazo, ¡qué relajados y qué a gusto están!
El proceso se repite con la mano derecha.
El ejercicio se repite tres veces.
Ahora relájate, el chicle ha desaparecido. Deja caer tu mandíbula. Siente cómo está floja. Tu cuello también está suelto, está relajado.
El ejercicio se repite tres veces, con tres “chicles distintos”.
Para finalizar se le pide que además de mandíbula y cuello, trate de relajar el cuerpo entero, quedándose lo más flojo que pueda.
Bien, la mosca ya se ha ido, por fin te ha dejado tranquilo. Ya puedes relajar toda tu cara: tu nariz, tus mejillas, tu frente…Tu cara está tranquila, sin una sola arruga. Tú también estás tranquilo y relajado,
Repetimos tres veces el proceso.
¡Vaya!, el elefante ha salido corriendo en otra dirección. Estás a salvo. Ya puedes descansar y relajarte. Deja tu estómago blandito. Lo más blandito y relajado que puedas. ¡Muy bien! Ahora te sientes mucho mejor, relajado y descansado. Siente la diferencia entre el estómago tenso y el estómago relajado, ¿verdad que ahora te sientes mucho mejor?
El ejercicio se repite dos veces.
Ahora sal fuera. Deja de ejercer fuerza. Suelta tus piernas y tus pies. Nota cómo éstos están flojos, están relajados. Ya no estás tenso, descansa tranquilo…
El ejercicio se repite dos veces.
Al finalizar el ejercicio, si el niño no se encuentra muy cansado, podemos concluir la sesión de relajación con algunos ejercicios de respiración y visualización de imágenes que le resulten agradables.
La visualización y la respiración son otra técnica de relajación que, o bien complementa a la técnica Koeppen, o se realiza de forma independiente..
La participación del niño será más activa en su primera infancia. En esta etapa podemos poner en práctica dos técnicas infalibles:
1. Técnica del globo: pedimos al niño que imagine que es un globo. Ha de inspirar muy profundo hasta que llene completamente los pulmones y no entre una gota de aire más. A continuación ha de exhalar el aire muy despacio. Ha de repetir este ejercicio varias veces. Una técnica ideal para niños con TDAH.
2. Hormiga: el niño tiene que hacerse muy muy pequeño y mover piernas y brazos como si fuera una hormiga. Cuando lo esté haciendo, le pedimos que relaje los músculos y poco a poco se vaya convirtiendo en otro animal.
Debemos ayudarles durante las diferentes técnicas e ir diciéndoles lo que tienen que hacer. Estos ejercicios están basados en garantizar una buena respiración que pueda tranquilizar al niño y relajar sus músculos.
3. La técnica de relajación de Koeppen: está pensada especialmente para niños realizando ejercicios de tensión y relajación de los diferentes grupos musculares. Esta técnica practicada de forma continuada puede ayudar a reducir la ansiedad, mejorar los problemas del sueño, mejorar la memoria y la concentración, aumentar la confianza en los niños, disminuir la tensión muscular y en definitiva alcanzar un estado de bienestar general. Su desarrollo consiste en lo siguiente:
- El juego del limón. Grupos musculares: manos y brazos.
Vamos a coger otro limón, pero lo vamos a exprimir con más fuerza que antes, muy muy fuerte, eso es. Mira qué tensos tienes la mano y el brazo.
Ya está exprimido, ahora déjalo caer. ¿Ves, fíjate qué bien estás cuando estás relajado?, qué bien están tu mano y tu brazo, ¿verdad que te sientes mejor?
Vamos a coger otro limón más, pero ahora tenemos que exprimirlo con mucha más fuerza que antes, esta vez no tiene que quedar ni una gota de zumo. Aprieta fuerte, más fuerte, que no quede nada… Ahora, vuelve a soltar el limón. Vuelve a notar tu mano y tu brazo, ¡qué relajados y qué a gusto están!
El proceso se repite con la mano derecha.
- La tortuga que se esconde: Grupos musculares: hombros y cuello.
El ejercicio se repite tres veces.
- Jugando con un chicle enorme. Grupo muscular: la mandíbula.
Ahora relájate, el chicle ha desaparecido. Deja caer tu mandíbula. Siente cómo está floja. Tu cuello también está suelto, está relajado.
El ejercicio se repite tres veces, con tres “chicles distintos”.
Para finalizar se le pide que además de mandíbula y cuello, trate de relajar el cuerpo entero, quedándose lo más flojo que pueda.
- La mosca pesada. Grupos musculares: cara, nariz y frente
Bien, la mosca ya se ha ido, por fin te ha dejado tranquilo. Ya puedes relajar toda tu cara: tu nariz, tus mejillas, tu frente…Tu cara está tranquila, sin una sola arruga. Tú también estás tranquilo y relajado,
Repetimos tres veces el proceso.
- Jugamos con nuestro estómago.
¡Vaya!, el elefante ha salido corriendo en otra dirección. Estás a salvo. Ya puedes descansar y relajarte. Deja tu estómago blandito. Lo más blandito y relajado que puedas. ¡Muy bien! Ahora te sientes mucho mejor, relajado y descansado. Siente la diferencia entre el estómago tenso y el estómago relajado, ¿verdad que ahora te sientes mucho mejor?
El ejercicio se repite dos veces.
- Caminamos por el barro: Grupo muscular piernas y brazos
Ahora sal fuera. Deja de ejercer fuerza. Suelta tus piernas y tus pies. Nota cómo éstos están flojos, están relajados. Ya no estás tenso, descansa tranquilo…
El ejercicio se repite dos veces.
Al finalizar el ejercicio, si el niño no se encuentra muy cansado, podemos concluir la sesión de relajación con algunos ejercicios de respiración y visualización de imágenes que le resulten agradables.
La visualización y la respiración son otra técnica de relajación que, o bien complementa a la técnica Koeppen, o se realiza de forma independiente..